Sunday, April 08, 2007

La fe de todo un pueblo. Todo está consumado
• Cristo crucificado en Ventanilla, Comas y el cerro San Cristóbal. Rito católico del Vía Crucis volvió a ser representado por humildes pobladores en tres zonas de Lima.



Jesús, tú nos dices que tienes sed. ¡Pues ven y tómate un trago...! Un tipo ha aparecido de pronto y pretende, botella en mano, aplacar la sed de Mario Talavera, quien lleva sobre los hombros una cruz de madera. El hombre insiste desde su asiento, bajo un toldo que lo protege del ardiente sol en Mi Perú. No hace caso a nadie. Está ebrio.

Este año Mario es ‘Jesús’ y tiene que morir en la cruz. Lo sabe. Se ha preparado para ello y por eso nada lo distrae. Ni siquiera la estridente música del grupo Armonía 10 que brota desde una pollada bailable.



Son las 5 y 30 de la tarde y Mario, o mejor dicho ‘Jesús’, ha tropezado cinco veces y en una de ellas ha roto la cruz que sostenía sobre los hombros. Esto ha motivado las risas de algunos y los lamentos de otros.



Llora Diana Castillo, la ‘María Magdalena’ de la historia. Ella, que pronto tentará una vacante en alguna universidad pública para seguir Enfermería, confiesa que siente respeto por la mujer bíblica. "En el barrio me molestan los chicos, me dicen cuánto cobro. Me dan pena porque piensan que María Magdalena pasó a la historia solo por ser una meretriz. Pero no les hago caso".

Darwin Rengifo se ha tomado su papel muy en serio. Es el soldado que tiene por encargo flagelar a Jesús al momento de su arresto, su juicio ante Caifas, Herodes y Pilatos, y su recorrido hasta el Gólgota. "No me vas a creer, pero para poder azotar a Jesús pienso que Mario es de la ‘U’, y como yo soy hincha de Alianza…".




No le pegues, abusivo

"¡Taz!, ¡taz!", el látigo golpeaba el piso, y también reventaba la espalda de Jesús. Entonces, Mario Valencia, el Cristo Cholo, se caía, se paraba y se volvía a caer. Luego se levantaba y "¡taz!, ¡taz!", el látigo seguía reventándole la piel. Y, ¡taz!, no había compasión. En el cerro San Cristóbal algunos no pudieron contener su voz, su indignación: "¡No le pegues, oye, abusivo… maricón!"

Los ojos llenos de furia apuntaban a Jorge Cusirramos Coba, quien en el papel de Longino era el encargado de azotar al Mesías.

¡Taz!, parecía un endemoniado. Y les decía a los niños que le abrieran paso: "Por favor, papito, hazte a un lado". Los apartaba con la mano: "Que Dios te bendiga", decía.

Este Vía Crucis había comenzado al mediodía en la Municipalidad del Rímac para ir en marcha hasta la iglesia Santa Rosa, donde fue la representación. La mayoría no dejó de compadecer al Cristo Cholo flagelado y también de odiar al personaje del ‘¡taz!’. "A veces quiero llorar porque el papel es fuerte y desagradable, ¿a quién le gusta pegarle al Señor?", revela, muy en serio.



Los más de 30 personajes recorren 20 kilómetros, llegan a las 6 de la tarde con las mismas ganas de actuar. El sol se pone y en la cima más de mil personas aplauden al Cristo. Y lo van a crucificar. Y lo hacen rápido. Con la muerte de Cristo llega el crepúsculo. Desde arriba se observa toda Lima, llena de pecado, libre de todo mal (eso queremos pensar).

Iscariote en Comas


Con los pies en el aire y colgado de una soga, Judas Iscariote se despide del mundo. Los espectadores comeños, en su pasión, ven el cuadro y aplauden a rabiar entre vituperios y escupitajos. Pero a Billy Villanueva Paz (28), quien interpreta al traidor, el dolor lo ha devuelto a la realidad: el arnés casi le falla y por eso se le dibujó una llaga en el cuello.


Aún así se pone una bufanda y desde dentro de la capilla Señor Crucificado –lugar donde los 60 actores de la obra están concentrados– Billy les exige a los enjutos soldados romanos que le den hasta sangrar al Mesías. "¡Quiero realismo, muchachos, afuera hay más de tres mil personas que han venido a ver cómo padeció Cristo!", exclama Judas, a quien no solo le tocó ser el más odiado sino, también, encargarse desde hace cuatro años de la dirección de ‘Gólgota en Comas’.

Billy es el hombre orquesta. Por eso se lo ve, ya resucitado, bañando en pintura guinda a Cristo (el chofer Miguel Gómez Zanabria), ensuciando con tierra la cara de Pedro, alcanzándole un jugo de maracuyá a un Caifás sediento o pidiéndole a María Magdalena que llore, porque las lágrimas dramatizan la muerte.

Son las 6 de la tarde y Cristo, crucificado al fin, se encuentra a las puertas del cielo. Una garúa milagrosa humedece los ‘yanquis’ de María y Juan que lloran al pie del morro Primero de Mayo. A diez metros un Billy más terrenal realiza las coordinaciones para bajar la cruz que pesa 150 kilos. Tiene que hacerlo antes de las 7 de la noche, porque en la realidad un cachuelo lo espera. "Yo tengo una empresa de grabaciones de video que se llama ‘Billy Billetito’ –confiesa Judas–. ¿Por qué Billetito? Porque paro misio".


Así, el llamado Cristo Cholo (una representación del Cristo mestizo o andino) es el protagonista de la Semana Santa limeña, un actor que suple con gran fe sus carencias artísticas y que interpreta los últimos tramos de la vida de Jesús sin importarle padecer daños físicos o poner en riesgo su vida al trepar con la cruz de 240 libras hasta la cima del cerro San Cristóbal, que tiene 310 pies de altura.
Según Rivera, su interpretación trata de emular a Jesús no sólo en lo físico sino en su humildad y en la facilidad de palabra para con sus seguidores. Y es que la emoción de la interpretación de estos actores emociona a niños y grandes, y lleva incluso a algunos asistentes a intentan agredir al ficticio y traidor Judas Iscariote.
JESUS TERMINA EN HOSPITAL



Actor huanuqueño terminó con fracturas por latigazos y puntapiés recibidos en Vía Crucis


HUANUCO.- Tratar de hacer que la personificación del “Vía Crucis” de Jesucristo sea lo más realista posible le costó demasiado caro al actor que encarnó a Jesús de Nazareth, puesto que terminó con fracturas, contusiones y heridas de consideración en diversas partes del cuerpo, tras ser azotado violentamente por los “soldados romanos”.
A pesar del durísimo castigo, con látigos de cuero y puntapiés recibidos en su camino al “Monte Calvario”, Antonio Robles Jara, conocido como el “Jesús huanuqueño”, no se quejó en ningún momento.
Recién cuando acabó la escenificación, sus compañeros de la obra lo vieron tan mal que lo llevaron de emergencia al Hospital Hermilio Valdizán.
En este lugar, los médicos le practicaron exámenes de rayos X, detectándole varias fracturas, una fisura en la clavícula, golpes internos y hematomas en diferentes partes del cuerpo, producto de los golpes recibidos.
“Está estable, pero muy golpeado. En estos momentos, se encuentra en sala de recuperación”, informaron.
Asimismo, indicaron que la condición que presenta el paciente no solo es por los azotes y golpes recibidos, sino también por haber caminado con una cruz de 80 kilos a cuestas y sandalias de utilería por las principales calles del distrito de Churubamba.
Por su parte, los actores que hicieron de soldados pidieron perdón a su compañero y dijeron no saber que le estaban haciendo tanto daño.




El momento más emotivo de la tarde se dio cuando el Mesías fue fieramente castigado por soldados romanos. En total, recibió 60 latigazos ante el llanto de la Virgen María, de María Magdalena y de muchas señoras del público que pedían que no le pegaran tan fuerte. "Déjenlo en paz, no sean malos", gritaban. "Yo vengo todos los años, pero no sé por qué le tienen que pegar como si fuera de verdad. Pobre hombre", dijo una madre de familia.
Por más de 3 horas, el Grupo Juvenil Amistad de la Parroquia Señor de los Milagros interpretó con crudo dramatismo la pasión y muerte de El Nazareno. La representación también contó con la participación de efectivos de la Policía Nacional, quienes hicieron las veces de soldados romanos.

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